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lunes, 9 de febrero de 2009

Homenaje a Pol Espargaró

Dicen que aprendió a montar en moto antes de saber andar y es que su afición por las motos comenzó a la tierna edad de 3 años. Junto con su hermano Aleix, también piloto del mundial, su devoción fue creciendo.
Realmente, su palmarés está lleno de buenos resultados. Hoy por hoy, es un firme candidato a llevarse el mayor laurel de la categoría del cuarto de litro en la temporada 2009, que acaba de empezar. Pero ahora, no quiero hablar de sus logros, de sus triunfos, que como ya he dicho, son muchos.
Estas sencillas líneas no están dedicadas a informar sobre este gran piloto. Estas palabras, están ofrecidas para homenajear, al que es, para mí, uno de los mejores pilotos de la categoría en la que se encuentra. Junto con Márquez estos dos pequeñuelos me han aportado muchas alegrías, muchas bonitas carreras. Y no solo a mí, a toda esa afición, que confía en ellos. A toda esa afición española sedienta de victorias, que ha depositado en ellos todas sus esperanzas.
Es por ello, que hoy me siento a escribir acerca del niño, ahora ya adolescente, que en 2006, consiguió el título de campeón de España. Y lo más importante, el niño que consiguió, como otros muchos, hacerse un recoveco en mí. Y es que, tan solo 15 años tenía. ¡Qué barbaridad! Pensaron muchos, pero yo, asombrada le miraba sin perder detalle, se estaba formando un campeón Español. Ahora, miro a ese niño campeón, y veo como ya no es sólo eso. Ahora está luchando contra los mejores del mundo. ¡Y de que maneras! Pelea por dar un paso más, pelea por las victorias y de seguro por el título mundial que le acreditara su buen talento. No lo dudo. Cosas raras deberán pasar para que el año que viene, el titulo mundial no se aloje entre los españoles, más específicamente, en Polete. O como cariñosamente le llama una amiga, en el Esparragó de Cataluña.

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